Columna escrita por Josefina Arancibia, Psicóloga y Coach UC, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Más allá de las creencias. El verdadero papel del directorio en una organización.
Parte de mi aventura de ser psicóloga y coach dentro del ámbito organizacional me ha llevado a ayudar a diferentes empresas a vivir procesos de cambios y transiciones en diferentes etapas. Algunas de ellas han estado relacionadas con sucesiones, otras con potenciar cambios culturales; sin embargo, lo que más me apasiona es cuando las empresas se abren a la posibilidad de mirarse desde una manera auténtica y real, con todo lo que eso implica, con sus luces y sombras.
Este recorrido que me ha entregado muchos aprendizajes, y dentro de este navegar hay un aspecto que lo he evidenciado muchas veces; sin embargo, hasta hoy no lo había expuesto en palabras.
“…Lo importante es salir jugando…”
Hace aproximadamente 10 años, inicié un proceso de coaching con el gerente general de una organización, que me comentó que estaba experimentando una serie de síntomas físicos, tales como cefaleas, mareos, dolor de espalda y que pensaba que era producto del estrés propio de cargo. También lo asociaba a problemas con el equipo, al avance de los proyectos; sin embargo, yo sentía que había algo más allá de su relato, que lo estaba haciendo somatizar de esa forma. Fue en una de las sesiones que me expresó que había expuesto frente al directorio, conformado por 6 directores más él. Su angustia fue evidente, sus manos sudorosas y sus piernas se comenzaron a mover desde la ansiedad. Me describió la escena; él entrando y todos los directores preparados para escuchar el estado de resultados. Él tenía preparada una presentación con sus avances, y quería plantear algunos problemas que estaba enfrentando, quería contar con recomendaciones por parte del directorio; sin embargo, experimentó la misma sensación del día del examen de grado al terminar la universidad; muchas preguntas que ponían en tela de juicio su actuar sin un soporte o dirección clara. Aquí me dijo, “Lo importante es salir jugando”. Él lo veía absolutamente normal, como lo ve la mayoría de las personas que asumen este tipo de cargos. En general, la frase siempre es la misma: “Así son los directorios y eso no va a cambiar”.
Esta frase que me ha resonado durante años y me ha hecho reflexionar sobre el rol que cumplen los directores en una organización, los cuales están conformados por personas con años de experiencia trabajando en cargos de alta responsabilidad. Profesionales que han aprendido de diferentes rubros, tanto de sus éxitos como de sus fracasos, donde existe un capital de conocimiento que, si se pusiera a disposición, ayudaría a visualizar posibles formas de intervención de una forma mucho más efectiva y atingente. Entonces, ¿por qué no sucede así?
“Hoy se requiere una participación mucho más activa desde la sabiduría grupal…”
Al parecer, el foco del directorio se ha dirigido principalmente hacia el análisis financiero y a ciertos indicadores de desempeño, que, si bien son claves para medir el termómetro de la compañía, actualmente no son suficientes. Hoy se requiere una participación mucho más activa desde la sabiduría grupal, el apoyo y el involucramiento hacia la gestión de la gerencia, mediante una mentoría que permita acelerar nuevas formas de pensar y actuar desde un foco mucho más colaborativo, pudiendo obtener una ayuda concreta sobre su gestión. En los directorios existe mucha experiencia, y es ahí donde tenemos que apuntar, más allá de generar un circo romano donde alguien puede ser devorado por un león.
“…el gerente general también debiese solicitar apoyo y mentoría hacia sus directores…”
Así como el directorio hace preguntas y realiza ciertas peticiones y exigencias, el gerente general también debiese solicitar apoyo y mentoría hacia sus directores para obtener directrices claras, además de sentir un apoyo emocional por parte del grupo de directores.
El rol de gerente general es un papel solitario, de mucha demanda emocional que necesita un apoyo estratégico por parte de un grupo experimentado y que ya lleva camino avanzado.
Algunas de las habilidades diferenciadoras de un directorio que apunta a lo anteriormente descrito son:
- Apoyo estratégico en la toma de decisiones. Es fundamental que el directorio sea un apoyo real a la hora de correr riesgos, evitando que la gerencia sienta que está solo y que la responsabilidad solo recae en él.
- Mentoring y soporte emocional: Es clave que el directorio se abra a la experiencia del aprendizaje, que le permita a la gerencia conocer experiencias vividas y técnicas que funcionaron. También es favorable conversar sobre fracasos, ya que desde ahí hay mucho que rescatar. Esto será posible solo si se ha generado una relación de confianza entre sus miembros.
- Comunicarse de forma auténtica: Establecer una comunicación abierta y transparente entre el directorio y el gerente general es fundamental. Esto permite que el gerente se sienta respaldado y que pueda expresar sus inquietudes y solicitar ayuda cuando la necesite.
- Ser facilitador de redes: El directorio puede utilizar su red de contactos para abrir puertas y facilitar ciertos procesos a la gerencia. Esto puede incluir oportunidades de conectar con nuevos clientes, crear alianzas estratégicas, buscar nuevas negociaciones y oportunidades de financiamiento, entre otras.
El vínculo entre el directorio y el gerente general es clave para el éxito organizacional. El gerente general lidera la ejecución de la estrategia aprobada por el directorio y es responsable de los resultados de la gestión. El directorio, por su parte, debe ejercer un rol de acompañamiento estratégico, brindando respaldo y fomentando una cultura de mejora continua. Esta relación tiene que estar basada en la confianza, la comunicación fluida y la claridad en los roles, evitando la desconexión.
¿Está el directorio ejerciendo su rol de forma proactiva o simplemente reacciona ante las decisiones del gerente general?
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